Según científicos estadounidenses, el formaldehído contenido en los cigarrillos electrónicos no representaría un peligro para la salud en comparación con el agregado en los cigarrillos convencionales. Las cantidades mínimas corresponden a los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En los cigarrillos electrónicos, el formaldehído se usa en la composición del e-líquido. Y juega un papel en la disolución del aroma. Clasificado como un carcinógeno conocido para los seres humanos desde 2004, este producto también presente en los cigarrillos convencionales plantea la preocupación de los opositores al cigarrillo electrónico. Pero según los científicos estadounidenses, el formaldehído agregado en pequeñas cantidades en los vapers no representaría un peligro mayor, en comparación con el contenido en los cigarrillos convencionales.
Para demostrarlo, realizaron pruebas en 3 modelos de cigarrillos electrónicos. Cada voluntario vaporizó 350 "taff" por día. El equivalente a lo que consume un vapeador pesado. Como resultado, "la exposición diaria al formaldehído fue 10 veces menor en comparación con los cigarrillos convencionales". Además, "las dosis de formaldehído contenidas en el e-cigarrillo están por debajo de los umbrales establecidos por la OMS en su guía para recomendar la exposición a contaminantes", confirman los científicos.
Además, en julio de 2015 ya les habíamos ofrecido un estudio que los medios no habían compartido en ese momento y que confirmaba que el impacto del cigarrillo electrónico es similar al del aire en el sistema respiratorio.
Fuente : destinationsante.com
